Alucinaciones

Desde hace algunos días, vengo pensando en el tema de las alucinaciones. No me refiero a las alucinaciones causada por algún tipo de sustancia, sino a las alucinaciones de las Inteligencias Artificiales. Se les llama Hallucination cuando una IA empieza a dar información errónea como si fuera verdadera y es un problema que preocupa a los desarrolladores pues reduce la fiabilidad de la herramientas basadas en IA.

Ahora bien, pienso en ello no porque esté preocupada en trabajar con IA (aunque sí lo estoy), sino porque estoy pensando en Delulú. “Delulu is the solulu”, dicen las tendencias de tiktok. Comentaba hace algunos días con una amiga, que al mismo tiempo que leía sobre la tendencia del delulú, leía también un artículo de la BBC sobre cómo ver nuestra vida, bajo el lente del viaje del héroe nos podía ayudar a ser más optimistas y a alcanzar nuestras metas…

Claramente, luego de leer los dos temas, he pasado pensando en cómo la realidad se ha vuelto tan absurda, tan caótica, tan imposible de asimilar que necesitamos echar mano a la fantasía: delirar sobre nuestra vida para poder creer que “es normal” lo que sucede a nuestro alrededor porque es parte de una aventura épica. O mejor aún, imaginar que la realidad no es tal sino la que creamos en nuestra cabeza, pintar una fantasía por encima de las desgracias cotidianas y refugiarnos en ese mundo ficticio que es más agradable que el real.

Somos como la rana de la olla, que no se da cuenta de cuánto se ha calentado el agua hasta que necesitamos delirar para evadir la sensación de que no podemos saltar más.

Bien, es en medio de estas tendencias de delirios y fantasías, pensaba en las alucinaciones. Me siento más identificada con las alucinaciones de las IA que con el delulú. Es más divertido disociarse de la realidad por un momento no más y tomarse alguna licencia poética para asociar libremente elementos que surjan al azar, fantasías que llegan a parecer coherentes a primera vista, pero que realmente no pretenden ser fantasías para ser vividas ni creídas. Solo un juego, un desfogue que no pretende ser más que una diversión y desliz fugaz.

En resumen, entre el delulú y el viaje del héroe, soy más del alulú.

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